Paisajes espectaculares y animales exóticos son característicos de la región sureña de Rupununi, en Guyana. Osos hormigueros gigantes y armadillos son dos de las especies que muchos visitantes esperan avistar en sus visitas. Al mismo tiempo, este lugar es el hogar de un gran número de otra especie no exactamente exótica: los pollos; y de un sistema tradicional de producción de ganado de bajo impacto que ha generado importantes ingresos en la zona.
Sin embargo, desde 1970, el sector ganadero se ha visto reducido a un sistema que requiere transformación innovadora y diversificación.
En ese contexto, la crianza de pollos ha adquirido un papel económico y social cada vez más importante en las comunidades locales, con las aves insertadas por completo en el paisaje: pollos vagando por la sabana, gallinas cacareando afuera de las escuelas, pollos picoteando las pulgas de los perros o los llamados “jardineros”, pollos que deambulan cerca de las áreas verdes.
Todas estas son buenas señales para la Asociación de Productores de Ganado de Rupununi (RLPA, por sus siglas en inglés) que en la década de 1970 comenzó apoyando a los ganaderos a llevar su ganado al mercado, y que resurgió a mediados de la última década, ampliando su enfoque, su misión y número de miembros.
En 2018, la RLPA unió sus esfuerzos a los del equipo de investigación del Programa de Manejo Sostenible de la Vida Silvestre (SWM, por sus siglas en inglés) que trabaja en Guyana en un proyecto para la producción de ganado menor. Como resultado los pollos se convirtieron en la atracción principal.
“Todos los pueblos tienen pollos y todos se han entusiasmado con el proyecto”, señala Rebecca Faria, presidenta de la RLPA y directora de Point Ranch, una finca perteneciente a su familia. “Existe el interés porque contribuye a la nutrición de la gente de la comunidad. El SWM nos ha ayudado a desarrollar las capacidades que necesitamos para llegar a los productores. El alcance que tenemos está transformado vidas”, afirma.
El proyecto tiene múltiples impactos, con un mejor entendimiento de la avicultura, concebida como una forma de alentar la economía local, han apuntado a mejorar los medios de vida y ayudar a conservar la diversidad de la vida silvestre de la región.
Pollos locales
Como parte del proyecto, la RLPA abrió a principios de 2020 un “centro ganadero” en Lethem, el centro político de Rupununi. Este ofrece a los productores materiales, asistencia, y pollos.
En 2020 la central vendió más de 16 toneladas métricas de alimento para pollo y 7000 polluelos, lo que añadió más de 10 toneladas de carne de aves a la dieta local. Faira estima que en 2021 los números han sido notablemente más altos, dado que las restricciones impuestas por la pandemia se han reducido.
Los productores locales dicen que el centro ha cubierto una necesidad esencial, no solo al ofrecer materiales, sino también al habilitar una línea de ayuda veterinaria que resuelve sus preguntas por teléfono, correo electrónico o mensajes de texto.
“El centro ganadero de la RLPA es muy importante para nosotros”, señala Tessa Felix, quien cría pollos en el pueblo de Shulinab. “Ahí compro alimentos y medicamentos. Antes sufríamos, teníamos que adquirir materiales de Brasil, pero ahora tenemos una fuente local”, añadió.
El aumento en la crianza de pollos llegó en un momento crítico, debido a la pandemia causada por el COVID-19. El cierre de las fronteras limitó las importaciones de pollos que antes viajaban de manera rutinaria a través de Lethem, localidad fronteriza entre Brasil y el sur de Guyana.
Faria señaló que la crisis llegó cuando la RLPA estaba preparando varias campañas para crear conciencia sobre los productos producidos localmente en las granjas. “El SWM nos ha ayudado a crear conciencia en las comunidades sobre la importancia de comprar local”, destaca Faria. “El cierre de fronteras y la inflación en Brasil han contribuido, porque ahora la producción local de aves es más competitiva”.
La RLPA ha elaborado carteles que ha distribuido en Lethem y en otros poblados cercanos, como St Ignatius, para una campaña que promueve la “compra local”.
“La campaña se enfoca en la calidad, el sabor y el precio. Las aves locales saben mejor y sabemos cómo son criadas”, detalla Faria. “En cambio, no sabemos cómo crían la carne de importación”.
Un nuevo medio de vida
La RLPA tiene dos proyectos que complementan la campaña que promueve la compra local. Uno promueve el alimento local y el otro establece un centro de incubación para que los pollos puedan empollar localmente, en lugar de traerlos desde Georgetown, la capital, que está a más de 500 kilómetros de distancia y a la que se tiene que llegar por una autopista tortuosa.
La asociación ha lanzado el “desafío de alimentación local” en siete poblados, con 70 pollos distribuidos a 10 productores de cada lugar. Los participantes tienen que proponer opciones para la alimentación y el monitoreo del peso. Después de ocho semanas, los productores con los pollos más pesados ganan premios.
“Queríamos mostrar a los productores avícolas de pequeña escala que es posible alimentar a los pollos con poco dinero, incluso no incurrir en costos”, explica Faria. “[El desafío] ofreció ideas a los productores, especialmente a aquellos de bajos ingresos, sobre cómo pueden criar pollos de una forma económica y sostenible”, agregó.
A pesar de que ella no participó en el desafío, Felix asegura que fue una iniciativa acertada. “Criar pollos ayuda a las familias a ser autosuficientes”, añadió. “En mi caso, en este momento no cuento con un trabajo, y cuidar gallinas significa que tenemos una fuente de proteína cuando la necesitamos”, sostuvo.
Las instalaciones para la cría de pollos, recientemente construidas, tienen múltiples propósitos, facilitan el abastecimiento de los productores locales y ofrecen un flujo de ingresos para la RLPA. Además, estas se concibieron como instalaciones de enseñanza para quienes estudian agricultura y para los productores.
Faria dice que las instalaciones, que incluirán una incubadora, comenzarán a trabajar a pequeña escala, pero espera que eventualmente den servicio a la Región 9, el nombre oficial de Rupununi.
Crianza para reducir la presión
El proyecto de la RLPA de cría de pollos está ayudando a mejorar la seguridad alimentaria, y además cumple con el otro objetivo del programa SWM de conservación de la vida silvestre.
“Los productos avícolas son una fuente alternativa de proteína que puede utilizarse para complementar la alimentación con carne silvestre”, señala Faria.
“No le estamos diciendo a la gente que no coma carne silvestre, pero que puede limitarla. Los pollos son una fuente sostenible de proteína, y criarlos alivia un poco la presión que existe sobre la vida silvestre”.
Para Felix es un tema central continuar creando conciencia sobre las aves de corral, porque las condiciones están cambiando: cada año las personas tienen que adentrarse más en el bosque para cazar y pescar.
“La presión por la comida está aumentando, y hay días en los que no tenemos suerte con la caza”, afirma. “De cualquier forma tienes que llevar algo a la olla, y con un pollo lo tienes”.
El proyecto más ambicioso de la RLPA sigue estos lineamientos generales, pero está buscando opciones para que los poblados puedan obtener carne mediante la crianza de animales silvestres como el capibara (Hydrochoerus hydrochaeris) o la paca común, también conocida como guagua, lapa o tepezcuintle (Cuniculus paca).
La idea fue puesta sobre la mesa durante el lanzamiento del programa SWM en Guyana, en 2018. Incluyó un viaje de aprendizaje para algunos productores hacia Trinidad y Tobago, una nación isleña donde se lleva a cabo la crianza de animales silvestres, parte de ella introducida desde el continente sudamericano. Al respecto, un estudio de 2013 de la Universidad de las Antillas encontró que cerca del 3 % de los animales silvestres criados en Trinidad y Tobago eran para consumo de carne.
La RLPA inició los trabajos de evaluación del interés en el proyecto en mayo de 2021. Según Faria, existe cierto interés, pero la gente aún está un poco temerosa ante la idea.
El programa quiere reclutar a dos productores para una fase de prueba que comenzaría a principios de 2022. La RLPA también está en contacto con la Autoridad para el Desarrollo del Ganado de Guyana y otras agencias para determinar qué es lo que se necesita para la crianza de animales silvestres. También está analizando opciones que se han desarrollado en otros países. Por ejemplo, en Argentina, la piel del capibara –considerada una de las más finas del mundo– se utiliza para hacer cuero. Argentina es el único país donde este roedor es criado para obtener pieles.
Faria explica que si bien el capibara forma parte de la dieta en Guyana, no es tan común como lo son el venado, la paca común u otros animales silvestres. Por tanto, la RLPA organizará la fase de prueba, que incluirá capacitación sobre cría y manejo de fauna silvestre, y entonces se tomará una decisión.
“No sé qué va a pasar, pero la crianza es una opción para el futuro, para reducir la presión ejercida sobre la vida silvestre”, agregó.
El programa SWM es una iniciativa de los Estados de África, del Caribe y del Pacífico (ACP, por sus siglas en inglés), financiado por la Unión Europea, y cofinanciado por el Centro Francés para el Medio Ambiente Global (FFEM, por sus siglas en francés) y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD, por sus siglas en francés). Es implementado por medio de una alianza de consorcios, que incluye al Centro para la Investigación Forestal Internacional, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Centro Francés de Investigación Agrícola para el Desarrollo Internacional y la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés).
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