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El enfoque de paisajes: más que una nueva manera de expresar viejas ideas

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Las teorías de Charles Darwin sobre la selección natural y la supervivencia del más apto en un principio fueron rechazadas y ridiculizadas, lo cual llevó al mismo Darwin a demorar la publicación de su importante obra, El origen de las especies. Sin embargo, hoy en día, sus teorías son comúnmente aceptadas como principios que explican la diversidad de la vida en la Tierra como resultado de millones de años de evolución.

Para establecer una modesta comparación, podría decirse que el “enfoque de paisajes” también ha sufrido un proceso de evolución hasta llegar a convertirse en la actualidad en el principio rector del manejo de uso múltiple. También podría decirse que, al igual que la evolución, el proceso aún se encuentra en curso. Mientras que el enfoque de paisajes ha sido central al discurso del desarrollo durante muchos años, aún precisa desarrollar todo su potencial en la práctica.

En el gran esquema de los períodos evolutivos, el desarrollo del enfoque de paisajes a lo largo de las últimas décadas  ha sido apenas una gota en el océano del tiempo. Sin embargo, cabe decir que esta gota ha logrado generar un verdadero tsunami de retórica, literatura y conocimiento acerca de cómo podemos abrigar, alimentar y albergar a una creciente población humana, sin que esto suponga la degradación de nuestro entorno natural.

Nuestros resultados sugieren que el mayor obstáculo para alcanzar objetivos integrados de subsistencia y ambientales ha sido la tendencia hacia el pensamiento lineal y la simplificación excesiva".

Terry Sunderland y James Reed

¿QUÉ HAY DE NUEVO?

 El Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR), en colaboración con varios de sus socios, ha concluido recientemente una revisión exhaustiva de  literatura que aborda el enfoque integral de paisajes. Esto supuso la consulta de 17.000 documentos (sí, leyó bien: ¡17.000!). Al reconocer un interés cada vez mayor en el enfoque de paisajes en la literatura científica y en los foros internacionales, quisimos comprender mejor qué es exactamente lo que este puede ofrecer en la práctica.

Además, queríamos determinar si el enfoque de paisajes podría realmente marcar la diferencia en un mundo en el que los recursos naturales se van agotando día a día, o si el abordaje era tan solo otra novedad creada para los donantes y las comunidades de desarrollo que deseaban estar a la moda. Fue entonces cuando nos preguntamos: “¿Es acaso el mismo vino en nueva botella?”.

Según nuestra revisión exhaustiva, el enfoque de paisajes es más que una manera nueva de expresar viejas ideas. La evidencia sugiere que este abordaje tiene un potencial considerable para equilibrar de mejor modo los objetivos sociales y ambientales, tanto en ambientes terrestres como marinos. Por otra parte, también tiene la capacidad de servir como marco para la ejecución de compromisos nacionales con miras a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Los principales hallazgos de nuestra revisión ayudan a desenredar una red de conocimientos producida por intentos previos por reconciliar los desafíos más urgentes de la conservación y del desarrollo, sobre todo en los trópicos. Estos demuestran que la integración de la conservación y el desarrollo es un proceso en constante evolución. Equipados con el conocimiento generado y compartido en los últimos 30 años o más, ahora debemos preocuparnos en subsanar los errores del pasado.

Con un poco de retoque creativo, conseguimos elaborar recomendaciones clave para facilitar de forma eficiente el enfoque de paisajes, a las cuales llamamos “las cinco E”: evaluación del progreso, establecimiento de una buena gobernanza, evolución a partir de soluciones panacea, establecimiento de la participación de múltiples interesados y adopción de procesos dinámicos

Mientras tanto, nuestros resultados sugieren que el mayor obstáculo para alcanzar objetivos integrados de subsistencia y ambientales ha sido la tendencia hacia el pensamiento lineal y la simplificación excesiva.

Los intentos previos por lograr la integración centrada en resultados individuales se vieron limitados por estructuras de proyectos con marcos lógicos estrictos y cortos períodos de financiamiento. La historia ambiental y social reciente está repleta de promesas incumplidas por parte de organizaciones de desarrollo y conservación, quienes no pudieron alcanzar los tan promovidos resultados favorables para todos, al disociar el desarrollo social de la degradación ambiental.

Ya sea que se trate de proyectos integrados de conservación y desarrollo (PICD), manejo integrado de recursos naturales (MIREN), manejo integrado de recursos hídricos (MIRH), conservación basada en la comunidad o desarrollo rural integrado, pocas iniciativas han escapado a la crítica por abordar de manera inadecuada uno u otro de los temas relacionados con  las personas, la pobreza y el uso sostenible del ambiente en paisajes más amplios.

Y aquí reside otro problema. La comunidad científica puede también ser culpable por la falta de un progreso real en la puesta en práctica de los enfoques de paisajes. Es de suponerse que los investigadores, incluso nosotros, hemos enturbiado las aguas con definiciones aparentemente interminables, perfeccionando y renombrando los enfoques de paisajes al punto tal de haber logrado una completa confusión.

En este sentido, la falta de informes tangibles en la literatura no ha contribuido a mejorar la situación. Aún debemos tender un puente entre la ciencia y la práctica para superar los obstáculos hacia el progreso real en términos de intervenciones a escala de paisajes.

Si bien no esperamos arribar a un enfoque integrado de conservación y desarrollo generalista y aceptado universalmente, la experiencia ha demostrado que es preciso alentar la participación conjunta de los investigadores, los responsables políticos y los profesionales. Y como muestra la reciente adopción de los ODS, la participación es importante y bienvenida.

¿EN QUÉ SE DIFERENCIA EL ENFOQUE DE PAISAJES?

El enfoque de paisajes no busca en forma explícita alcanzar resultados favorables para todos. Lo atractivo de este abordaje es el hecho de que se identifican “ganadores” y “perdedores”, pero, mediante el compromiso y la negociación, el principio subyacente es el de “ganar más y perder menos”.

De hecho, puede que el enfoque de paisajes no identifique objetivos fundamentales, ya que el objetivo fundamental siempre debería ser mayor que el objetivo de desarrollo sostenible. Sin embargo, ¿podrá esto lograrse en todos los casos? Probablemente no. Por lo tanto, el valor del enfoque de paisajes reside en el reconocimiento de la importancia del avance hacia los objetivos operativos. En términos de aprendizaje continuo, el viaje en sí podría acabar siendo más valioso que el destino final.

Los resultados deseados probablemente dependerán de las características específicas del contexto de cada paisaje. Como tales, el progreso y el éxito son subjetivos y serán percibidos en forma diferente por los distintos interesados. Por lo tanto, alcanzar el consenso en muchos paisajes tropicales requerirá una mejor integración de los sectores y un diálogo abierto y transparente para identificar cómo se pueden manejar los trade-offs y fomentar las sinergias.

¿ESTAMOS DONDE QUEREMOS ESTAR?

No exactamente. A pesar de algunos signos alentadores y el claro potencial que el enfoque de paisajes tiene para ofrecer, hemos identificado distintos obstáculos que impiden el progreso.

Y algo no menos importante, a pesar de que se afirme lo contrario, es la falta de una implementación realista generalizada. Creemos que esto podría deberse a las demoras: la implementación de nuevos enfoques requiere de tiempo, mientras que los marcos para la implementación de los enfoques de paisajes permanecen en una etapa incipiente de desarrollo.

Un área que sin dudas requiere un mayor perfeccionamiento es la de la supervisión y evaluación. Los paisajes son grandes sistemas socioecológicos y plantean desafíos financieros y técnicos en términos de supervisión. En este sentido, podremos enfrentar mejor los desafíos si superamos los silos institucionales e intelectuales (¡otro reto!).

Los investigadores, políticos, forestales, agricultores, el sector privado y otros, durante demasiado tiempo se han movido dentro de sus silos disciplinarios. Sin embargo, las intervenciones a escala de paisajes solo pueden ser efectivas si se aplica un enfoque holístico e integrado del manejo de la tierra.

Esto no solo implicará una mayor negociación entre los sectores, sino también entre las escalas, a lo largo del tiempo y del espacio. Tal como reconoció Darwin, la clave será una mayor colaboración: “En la larga historia de la humanidad (y de los animales también), han prevalecido aquellos que aprendieron a colaborar y a improvisar de manera más efectiva”.

Reconocemos que los enfoques de paisajes no constituyen el único medio de abordar los desafíos sociales y ambientales contemporáneos de los trópicos y que, en algunos contextos, otros abordajes pueden ser igualmente efectivos. Sin embargo, creemos que la evolución del enfoque de paisajes ha llegado a un punto en el que podemos alcanzar los múltiples beneficios a los cuales aspiramos como sociedad colectiva. Y si no nos cree, acuérdese de Darwin.


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