En años recientes, el reconocimiento de los derechos a la tierra de las mujeres como factor crucial para superar los desafíos globales sociales y ambientales ha cobrado mayor visibilidad. Sin embargo, las intervenciones en los paisajes rurales y forestales que apoyan esta idea no siempre han conseguido abordar eficazmente las causas profundas de la desigualdad y garantizar la inclusión significativa de las mujeres a la tierra y los recursos.
Para mejorar las políticas, herramientas y prácticas, la Iniciativa mundial de enfoques transformadores en materia de género en pro de los derechos de las mujeres sobre la tierra (WLR, por sus siglas en inglés), financiada por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), está buscando generar evidencia para aumentar el reconocimiento y la protección de los derechos sobre la tierra de las mujeres y contribuir a la creación de condiciones que permitirán que disfruten de esos derechos a lo largo del tiempo.
La iniciativa se concentra en la contribución potencial de los enfoques de género transformadores (GTAs, por sus siglas en inglés), y en la identificación de las mejores prácticas para su aplicación en diferentes contextos. Para ello, está trabajando con una selección de proyectos de desarrollo rural del FIDA en seis países: Bangladesh, Colombia, Etiopía, Gambia, Kirguistán, y Uganda.
En Latinoamérica, la iniciativa se ha enfocado en Colombia, donde se llevó a cabo un taller de discusión organizado por el Centro para la Investigación Forestal Internacional y el Centro Internacional de Investigación Agroforestal (CIFOR-ICRAF), y la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, encargados del estudio en el país. Al encuentro, desarrollado en Bogotá, asistieron representantes de organismos gubernamentales, la academia y ONG trabajando en temas de desarrollo en el país.
En Colombia, se identificó el proyecto “Creación de capacidades empresariales rurales, confianza y oportunidades – El Campo Emprende”, una iniciativa del Gobierno colombiano apoyada por FIDA para mejorar el empleo, los ingresos y las condiciones de vida de las familias rurales en situación de extrema pobreza, como un caso que podría brindar lecciones útiles hacia la promoción de los GTAs.
“Es importante entender que el estudio WRR no busca evaluar los resultados de los proyectos o iniciativas, sino extraer las lecciones potenciales en materia de género que se estén generando”, destacó Pablo Ramos, investigador de la Universidad Javeriana y coordinador de las actividades del estudio en Colombia.
Hacia cambios duraderos
Si bien la concepción de los GTAs es relativamente nueva y las definiciones varían a medida que son desarrollados y aplicados, hay una cosa en común: los GTAs difieren de otros enfoques en su diseño, aplicación y resultados previstos porque buscan cambios duraderos con la premisa de abordar la inequidad no solo “enfocándose en las mujeres”, sino “enfocándose en el sistema” que permite que las condiciones de inequidad persistan.
En lugar de abordar los síntomas (por ejemplo, la desigualdad de ingresos), estos enfoques desafían las barreras subyacentes que sostienen la desigualdad de género, como las normas y las estructuras institucionales.
“Lo que es determinante en su aplicación es el hecho de que los GTAs permiten a los destinatarios de las iniciativas liderar o ser incluidos de una manera significativa en la definición de los cambios buscados y las estrategias que lo acompañan”, destacó Peter Cronkleton, investigador del equipo de gobernanza y bienestar de CIFOR-ICRAF y uno de los coordinadores de la investigación global.
“En este caso, si bien los proyectos de El Campo Emprende no fueron planteados originalmente con la idea de enfoques de género transformadores, la iniciativa global que promueve el FIDA busca identificar qué es compatible con los GTAs en lo que se ha hecho, y extraer lecciones aprendidas para fortalecer o mejorar los proyectos en el futuro”, señaló Cronkleton.
Intercambios y aprendizajes
Para comprender el contexto social y el impacto de la intervención, el análisis en Colombia se basó en entrevistas a personal del proyecto, entrevistas con expertos locales y discusiones de grupos focales con grupos beneficiarios del programa en los departamentos de Bolívar y Cauca.
Si bien el foco de El Campo Emprende fue mejorar la productividad económica y no específicamente el acceso a la tierra, los resultados preliminares evidencian que la mejora del bienestar económico entre los participantes y el aumento del conocimiento sobre el marco institucional para el apoyo al desarrollo pueden tener efectos positivos para garantizar la tenencia de la tierra para las mujeres en el futuro.
Asimismo, se indica que abordar las percepciones y normas sociales relacionadas con el género es clave para garantizar que las mujeres tengan las mismas oportunidades de acceso y propiedad de la tierra.
“Al abordar estos retos estructurales, es posible promover el acceso equitativo a una tenencia segura de la tierra y abordar la idea de vulnerabilidad asociada a la propiedad de la tierra, que en el caso de Colombia se vincula a los rezagos del conflicto armado interno que vivió el país”, agregó Pablo Ramos.
Es su compromiso de compartir, agregar valor y aprender de los esfuerzos en curso, el taller también fomentó el intercambio de experiencias relacionadas a la implementación de GTAs o enfoques de género. Por ejemplo, a través del trabajo local del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep) se han identificado normas y comportamientos sociales que se están abordando actualmente desde un piloto de normas sociales. Entre sus estrategias destacan la inclusión de los hombres en espacios de diálogo (tomando en cuenta que los procesos no pueden continuar recayendo solo en las mujeres) y la capacitación de técnicos que ejecutan proyectos para que reconozcan las barreras relacionadas con el género.
Desde la Iniciativa Agricultura Familiar de la International Land Coalition (ILC) en América Latina y el Caribe, se destacó el trabajo que organizaciones de mujeres de agricultura familiar de la Red Nacional de Agricultura Familiar (RENAF) impulsaron para la inclusión de un enfoque de género en los lineamientos de política pública para la agricultura campesina familiar y étnico-comunitaria. A través de espacios de discusión y de trabajo las conclusiones destacaron que la búsqueda de condiciones de vida digna y de redistribución de las relaciones de poder debería estar en el centro de las políticas.
Desde las voces de sus representantes, el encuentro no solo puso en evidencia los elementos compartidos entre en el trabajo de WRR en curso y otras organizaciones en materia de género, también puso de relieve la importancia de seguir construyendo políticas inclusivas, que protejan los derechos de las personas y la importancia de implementar herramientas tales como el intercambio de experiencias entre mujeres de distintas regiones.
Además, en el marco de las actividades de investigación en Colombia, a finales de septiembre se llevó a cabo un intercambio de mujeres y hombres líderes en la Universidad Javeriana en Bogotá para un taller y diplomado enfocado en el desarrollo de capacidades en temas de género; y en Cartagena, se desarrolló una “ruta de aprendizaje” con el fin de conocer experiencias de emprendimientos y liderazgos que pueden ofrecen lecciones hacia la implementación de GTAs en el futuro.
Para obtener más información sobre este tema puede ponerse en contacto con Peter Cronkleton en p.cronkleton@cifor-icraf.org.
Este trabajo es parte de la Iniciativa mundial de enfoques transformadores en materia de género en pro de los derechos de las mujeres sobre la tierra (WRR), dirigido por el Centro para la Investigación Forestal Internacional y Centro Internacional de Investigación Agroforestal (CIFOR-ICRAF) junto con la Alianza Bioversity International y CIAT, y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), con el apoyo del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
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