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Cómo acercar la ciencia a las políticas públicas de REDD+ en Perú

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Los responsables de la formulación de políticas públicas buscan cada vez más fundamentar sus decisiones en evidencia científica. Pero la información que necesitan y puede servirles suele publicarse en revistas científicas especializadas a las que probablemente no acceden.

Para que esa información sea más accesible y útil, un grupo de científicos del CIFOR-ICRAF está trabajando para llenar ese vacío en varios países tropicales ricos en bosques, como en Perú, el segundo país con la mayor área forestal de Sudamérica.

El Grupo Asesor en Ciencia y Políticas Públicas del Estudio Global Comparativo de CIFOR (parte del CIFOR-ICRAF) sobre REDD+ (GCS), reúne a investigadores, responsables de la formulación de políticas y otros actores clave trabajando en temas como bosques y cambio climático para discutir los estudios que están en marcha, especialmente los relacionados con el mecanismo para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques (REDD+) y similares.

Este esfuerzo es parte de las actividades de la fase 4 del GCS REDD+, un estudio de larga data que CIFOR desarrolla con el apoyo de la Agencia Noruega de Cooperación al Desarrollo (NORAD).

El grupo en Perú —que incluye entre 25 y 30 participantes conformados por investigadores, funcionarios gubernamentales, representantes de organizaciones de los pueblos indígenas, miembros de organizaciones no gubernamentales y académicos— se ha reunido ya cuatro veces desde el 2021, promoviendo un diálogo ciencia-políticas que facilita el intercambio de información y el debate de presentaciones de proyectos y actividades de investigación. Este año están previstas más sesiones, con una próxima a llevarse a cabo en la ciudad amazónica de Iquitos.

El resultado es una especie de revisión por pares del trabajo en curso.

“La idea es presentar nuestra investigación a los usuarios potenciales que harán uso de los resultados”, explica Juan Pablo Sarmiento Barletti, científico de CIFOR-ICRAF y coordinador del GCS en Perú. “Cuando los investigadores se sientan en la mesa con los responsables de las políticas públicas para discutir —no nuestros resultados finales—, sino nuestra investigación en curso, invitándoles a validar el trabajo y colaborar en hacerlo más relevante para sus contextos y necesidades, suceden dos cosas: hay una conversación y una creación compartida de conocimiento, y los responsables de las políticas están más interesados, porque ven el progreso”.

“Esto crea un sentimiento de apropiación. Al participar mientras la investigación está en marcha, hay más probabilidades de que utilicen la información”.

“El aprendizaje funciona en ambos sentidos”, afirma Pablo Peña, coordinador del Grupo Asesor de Políticas Públicas para REDD+, que también actúa como enlace con la Pontificia Universidad Católica de Perú en Lima, principal socio ejecutor del proyecto en Perú.

Durante las reuniones, los responsables de las políticas conocen las investigaciones que pueden ayudarles a elaborar políticas basadas en evidencia, y los investigadores también adquieren nuevos conocimientos y perspectivas.

   Cuarta reunión del grupo asesor en Perú.
   Tercera reunión del grupo asesor en Perú.

“Los científicos no siempre lo tienen tan claro”, afirma Peña. “Puede que no tengan toda la información o que haya cosas de las que no estén seguros, así que traen sus trabajos en curso y están abiertos a escuchar sugerencias, recomendaciones y críticas de los responsables a cargo de las políticas públicas. Así se mejoran los estudios”.

Las reuniones aportan la perspectiva internacional que ofrece la investigación en los 22 países que forman parte del GCS, pero también se centran en temas de especial importancia en cada país.

Por ejemplo, una reunión celebrada el 6 de diciembre de 2022 en Lima incluyó presentaciones sobre el análisis de los arquetipos de deforestación en países tropicales, sobre las evaluaciones de impacto de proyectos de conservación en Perú y un examen más detallado de un proyecto específico de REDD+ en el que participan recolectores de castaña en la región  Madre de Dios.

Julia Naime, investigadora postdoctoral del GCS con la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida de Aas (Noruega), que también había hablado sobre el análisis de arquetipos de deforestación en una reunión de la plataforma ciencia-política anterior, incorporó algunos de los comentarios de esa sesión cuando presentó sus nuevos avances en diciembre.

“Los comentarios de los responsables de las políticas públicas y las partes interesadas locales nos ayudaron a comprender cuál es, en su opinión, el mejor uso potencial de los arquetipos: identificar patrones generales de uso de la tierra y comparar los efectos de las políticas en distintas zonas”, dijo Naime. “También nos ayudó a identificar las mejores formas de comunicar nuestros resultados: desde la denominación de cada arquetipo hasta cómo comunicamos la forma en que los construimos y cuántos arquetipos es útil tener”.

En respuesta a los comentarios, Naime y sus colegas modificaron su terminología. Por ejemplo, originalmente habían utilizado la palabra “frontera” para referirse a zonas con altos niveles de deforestación, pero la cambiaron por “frentes de deforestación” tras debatirlo con el grupo multiactor en Perú.

Una de las personas que reconoció la utilidad del análisis de arquetipos para identificar patrones de cambio de uso del suelo fue Rudy Valdivia, quien coordina el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático de Perú. La presentación de Naime le ayudó a reflexionar sobre el contexto en el que se produce la deforestación.

También le llamó la atención el estudio presentado por Renzo Giudice, investigador principal del Centro de Investigación para el Desarrollo de la Universidad de Bonn (Alemania), en el que se examinan las evaluaciones de impacto de algunos programas de conservación en Perú, incluido el que supervisa Valdivia. Valdivia está incorporando algunas de las recomendaciones del estudio en la próxima evaluación del programa.

Los diálogos ciencia-políticas, dijo, son espacios “donde puedes escuchar las percepciones de otras personas sobre cómo se están produciendo los problemas. A veces estás tan inmerso en el trabajo diario que solo te centras en tus propias percepciones. Es útil tener un lugar donde poder escuchar otros puntos de vista”.

Para Sarmiento Barletti y Peña, dos claves del éxito del grupo son la gran variedad de perspectivas y la apertura a preguntas y críticas entre personas que no suelen hablar entre sí.

Los diálogos también proporcionan un terreno neutral para debatir los programas REDD+, que pueden ser controvertidos. Las organizaciones indígenas de Perú han sido muy críticas con el mecanismo REDD+ porque lo consideran una forma de expropiación y comercialización de la naturaleza, dijo Sarmiento Barletti, “pero participan en los diálogos porque colaboran con los científicos y pueden aplicar las pruebas de nuestro trabajo en su labor de representación de las comunidades”.

   Juan Pablo Sarmiento Barletti inicia una de las reuniones del grupo asesor en ciencia y políticas públicas del GCS REDD+ en Lima, Perú.

Sarmiento Barletti y Peña tienen algunos consejos para otros que lleven promuevan grupos consultivos similares. Como es difícil que un investigador individual, un funcionario o un miembro de una ONG ponga en marcha un grupo de este tipo, aconsejan asociarse con un centro de investigación o con una ONG o agencia gubernamental para establecer contactos con personas de otros campos.

Para mantener el grupo en un tamaño manejable y garantizar un abanico de perspectivas, recomiendan que la participación se haga por invitación para garantizar que estén representados distintos sectores y organizaciones.

Entre las reuniones formales, los científicos distribuyen documentos y han celebrado talleres o reuniones en grupos más reducidos. Uno de los retos ha sido encontrar formas eficaces de comunicar los resultados de la investigación a los no especialistas, señalaron. Por ejemplo, los científicos que participan en las reuniones han publicado sus resultados en forma de resúmenes para políticas y blogs para hacerlos más accesibles.

Una de las claves, según Sarmiento Barletti, es “incluir a actores con los que normalmente no se interactúa. Hay que pensar en quién se ve afectado por nuestro trabajo —los pueblos indígenas, por ejemplo, en el caso de REDD+— y colaborar con ellos si queremos tener una perspectiva honesta”.

Peña añade que “es importante contar con ambiente donde la gente pueda debatir libre y abiertamente, sin una agenda específica, sino para escucharse unos a otros y hablar de nuevas pruebas y de cómo utilizarlas o mejorarlas. Es difícil de medir, pero contar con gente interesante que hable de hallazgos interesantes que se reflejan en las políticas como resultado del trabajo de la plataforma es realmente útil”.

La próxima reunión ciencia-políticas de Perú se celebrará el 30 de marzo en Iquitos (Loreto), donde las organizaciones locales e internacionales que defienden la inclusión de las turberas amazónicas en los Niveles Nacionales de Referencia Forestal presentarán los últimos resultados y debatirán las oportunidades para las políticas climáticas del país.

Para más información sobre este tema, puede ponerse en contacto con Juan Pablo Sarmiento Barletti en J.Sarmiento@cifor-icraf.org

Este trabajo ha sido realizado como parte del Estudio Global Comparativo sobre REDD+ del Centro para la Investigación Forestal Internacional (www.cifor.org/gcs). Entre los socios financiadores que han apoyado esta investigación se encuentran la Agencia Noruega de Cooperación al Desarrollo (NORAD, subvención n.º QZA-21/0124), la Iniciativa Internacional de Protección del Clima (IKI) del Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania (BMU, subvención n.º 20_III_108) y el Programa de Investigación del CGIAR sobre Bosques, Árboles y Agroforestería (CRP-FTA) con apoyo financiero de los donantes del Fondo del CGIAR.

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